Ahora os traigo una apuesta aún más arriesgada y sólo hecha para valientes que quieran perforar su cuerpo: unas alhajas que se insertan en las venas para aprovechar la energía cinética del movimiento de la sangre. El complemento perfecto para cualquier vampiresa de Drácula.
La diseñadora israelí Naomi Kizhner es la autora de la colección Energy Addicts (Adictos a la energía), que incluye unas joyas con agujas de oro de 24 quilates que se clavan en los vasos sanguíneos de quienes las usen como adorno. El flujo de sangre produce electricidad que hace girar las ruedas que adornan los accesorios. Incluso se podría utilizar para encender un LED o cargar un móvil. ¡¡¡Baterías con patas!!!
Naomi creó las piezas como parte de su proyecto de fin de carrera en la Hadassah School(Jerusalén), en el que buscaba demostrar cómo los seres humanos pueden llegar a ser un recurso natural. “Me interesaba imaginar lo que la gente haría una vez que se agoten los recursos energéticos. Se pueden explotar las fuentes de energía renovables, pero el cuerpo humano es un recurso natural en el que la energía se transforma constantemente cuando estamos vivos“, comentó en una entrevista.
Por último, el conector E-Pulse se ajusta a la nuca y recoge la energía de los nervios de la médula espinalLa serie se compone de tres modelos:Blood Bridge (Puente de sangre, un nombre muy revelador), Blinker (Luz intermitente), y el E-Pulse Conductor. La primera se introduce en las venas de la parte inferior del brazo, mientras que la segunda se encaja en el puente de la nariz para aprovechar la energía que se genera al parpadear.
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