
Entre los 156 compuestos encontrados, 42 están catalogados
como tóxicos, muchos de ellos relacionados con cáncer. Y las cantidades no
diferían mucho, asegura el estudio, entre los productos normales y los verdes.
Solo el 3% de los ingredientes volátiles aparecían en las etiquetas del
producto.
“La paradoja – afirma
Steinemann – es que la mayor exposición a los contaminantes ocurre en nuestros
hogares y la fuente principal de ello son los productos de consumo habitual.
Pero los consumidores carecen de la información precisa. El aire en nuestros
hogares es un entorno que no está regulado ni monitorizado adecuadamente. Y
dada esta falta de información, los consumidores eligen productos que aseguran
ser verdes u orgánicos, pero esas afirmaciones no están testadas debidamente”.
El ingrediente químico más común en los productos perfumados
es el terpeno (que no estaba presente en los que no contenían fragancias). Los
terpenos reaccionan con el ozono en el aire para generar una gran variedad de
nuevos contaminantes, como el formaldehído.
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